Tenía revisión al día siguiente de mi intento de regreso al
karate. Me mandaron una resonancia, como era de esperar. ¿Y entretanto?
- ¿Puedo
hacer bici?
- Con
el sillín alto.
- Si,
claro, es de carretera -no me dedico a pegar saltos por la ciudad.
Seguí con el hielo pero dejé el
ibuprofeno porque me dijo que sólo si me dolía, y lo cierto es que no era un
dolor continuo, ni intenso. Aquí es donde el tiempo parece alargarse: a ver si
llega el día de la resonancia, a ver si llegan los resultados... y aquí están:
Conclusión:
Hallazgos compatibles con rotura del
ligamento cruzado anterior con foco contusivo óseo asociado y moderado
hidrartos. Incipiente condromalacia patelar.
¿Con qué os quedáis? Con lo mismo
que yo ¿no? Lo que he señalado en negrita. Lo curioso aquí es que no me sorprendió, lo esperaba. Cuando
se lo comenté a las personas de mi entorno me mostraron sus condolencias
(ligamento DEP), me preguntaron qué tal estaba, y realmente, no estaba mal. Y
es porque no fue una sorpresa. Cuando un ser querido fallece de repente, el
duelo es mucho peor que si es fruto de una larga enfermedad, porque te haces a
la idea. Habían pasado 18 días de mi lesión, la resonancia me la dieron el 24
de Marzo, y aunque hubiera progresado la rodilla en la primera semana, como
comenté, al poder ponerme en cuclillas, seguía notando algo en la parte de
atrás, en la corva, que me señalaba que no estaba bien. Cuando te haces un
golpe, una torcedura, reposas y vas notando mejoría. Pero mi rodilla seguía
igual.
En este punto, hay quien puede sentir que no era tan
"invulnerable" como se creía (los deportistas tenemos esa tendencia a
pensar que somos muyyy fuertes), y se hunde en la miseria. Te asaltan todas las dudas ¿y ahora qué? ¿Podré volver a hacer
karate? ¿Me tendrán que operar? ¿Será muy dura la rehabilitación? ¿Quedaré
bien?....
Yo no sé si es que estaba (sigo estando) en fase de negación
(la primera fase de un duelo), pero en lo único que podía pensar es en operarme cuanto antes y recuperarme para
poder volver a entrenar. Por varios amigos sabía que el ligamento cruzado a
veces lo operan y a veces no, pero si quieres volver a hacer deportes como
fútbol, baloncesto, esquí, correr, o el propio karate con intensidad (tengo
compañeros que entrenan con el ligamento cruzado roto, pero sin forzar) tienes
que operarte sí o sí.
- ¿Qué
edad tienes?
El médico había movido mi rodilla
para comprobar que no se iba, que se sujetaba, y al contestarle me temí lo que
vino a continuación:
- Puede
que no sea necesario operar, primero vamos a hacer rehabilitación
para
fortalecerte y vamos viendo. Quizá
puedas hacer vida "normal".
- Pero
yo quiero volver a hacer karate.
- Es
que a tu edad... igual aunque te operes tampoco puedes.
Gracias por los ánimos. Qué majo
él.
- Pero
si no me opero fijo que no puedo. El ligamento no se repara solo.
Insistí en operarme, rebatiendo
todos sus argumentos hasta que accedió a ponerme en lista de espera. Fecha
operación: 17 mayo. Pero, lógicamente, no quedé satisfecha porque si me opera a
regañadientes... a ver qué me hace.
Faceta psicológica. Voy a hablar de ese sentimiento de "bicho raro" que padecemos muchos
deportistas, cuando hablamos con gente que como mucho practica el levantamiento
de cubata en barra. No entienden que no
nos importe sufrir una operación con tal de volver a entrenar. Como esa cantinela
de quien. presumiendo de persona ocupadísima, te salta: "qué suerte que puedes hacer deporte, yo no tengo tiempo".
Vamos a ver, me he pasado media vida trabajando y estudiando a la vez y siendo
independiente (no viviendo en casa de papá y mamá) y no he dejado de hacer
deporte, y no uno, sino varios. No es una cuestión de tiempo, sino de
establecer prioridades. Y yo siempre preferí entrenar a ver la tele, que para
eso sí suelen tener tiempo los que te vienen con la frasecita.
El otro punto de incomprensión es cuando
te ven sudar, jadear, agonizar en el caso de la bici o sufrir golpes en karate,
codazos en baloncesto, patadas en fútbol, caídas esquiando. "Qué
ganas de sufrir, no lo entiendo, si no te pagan por ello". Pues
menuda tristeza me produce valorar lo que haces sólo en función de lo que te
renta económicamente. Y pena su poco espíritu de superación.
Pero en fin, allá cada cual, es
libre de hacer deporte o no, lo que me cansa es tener que explicar una y otra
vez (lo iréis viendo en sucesivos capítulos) que ser deportista implica aprender a tolerar el dolor, a luchar por
conseguir una meta, a no tener miedo a tropezar, a interpretar las agujetas
como un trabajo bien hecho, y el dolor muscular como progresión.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario