miércoles, 3 de mayo de 2017

CAPÍTULO 4: LO TUYO NO ES CORRIENTE

Siguiendo el consejo del médico, y también el de compañeros y amigos que han sufrido la misma lesión y me recomendaban reforzar el cuádriceps lo más posible antes de operarme, decidí hacer esa rehabilitación previa a la intervención. Por probar... lo primero de todo es la consulta con el médico rehabilitador, al que le comento que el traumatólogo no tenía claro operarme.

- Pues yo que tú buscaría una segunda opinión.

Fue la misma recomendación que me hizo una amiga doctora. Piensa que si no quería a priori operarte y sale algo mal, te va a echar la culpa. Pues sí. Ya lo había pensado, por tanto pedí cita para otro médico a finales de Abril. Entretanto, vamos con la magnetoterapia, onda corta, corrientes rusas y ejercicios: Colson y bicicleta estática. Las corrientes son descargas eléctricas a través de una mini bayeta que también me hicieron cuando tuve fascitis plantar y no sirvieron de nada (ni la magnetoterpia). La variante "rusas" implica que cuando notas la descarga, levantas la pierna, y cuando cesa, la bajas. Se supone que fortalece el cuádriceps. Ese que me dicen que se va a quedar en "ná" cuando  me operen. Pues nada. A ello vamos.

Tras los aparatos, pasamos al Colson, que no es ni más ni menos que un rodillo que levantas con la pierna mientras estás sentada en un banco. 4 series de 20 repeticiones. Me colocan el rodillo justo debajo de la rodilla y la verdad es que se clava un poco, pero bueno, habrá que aguantar. El fisioterapeuta me comenta que luego tengo que hacer bici estática.

- Ya, si de todas formas me he apuntado a ciclo-indoor.
- No, pero eso es diferente

Sí, claro, en la música, no te digo. Le miro con cara de interrogación.

- Las bicis del ciclo-indoor tienen más inercia y se te puede ir la rodilla.

Ah. Pues vale. Me voy a la bici estática y me dice otra fisioterapeuta que me ponga 5 minutos... (atención a mis lectores ciclistas): minutos, si, no horas.

- Mira, es que suelo hacer bici de carretera y estoy acostumbrada a hacer más...
- Ya, pero estás lesionada.

Como tenía muy poca resistencia me puse como loca a dar pedales a ver si notaba algún músculo de mi cuerpo (la rodilla no me dolía, por supuesto). Y me dice la fisio que más tranquila... ¿pero esto vale para algo? Al día siguiente le pregunto cuánto tiempo toca.

- ¿Tienes agujetas?

Está de coña. De 5 minutos encima de una bici estática sin resistencia. Yo creo que ni la reina de Inglaterra con toda su pila de años tendría agujetas. Casi me da la risa.

- No.
- Vale, pues 7 minutos.

Guao. Como me pongas más el próximo día me planto imaginariamente en Barcelona. Pasa el fin de semana, llego el lunes de nuevo.

- ¿Cuánto hago hoy?
- ¿Tienes agujetas?
- ¿De qué? ¿De los 7 minutos del viernes o de las 4 horas de ayer en bici de carretera?

La cara de la chica fue un poema.

- Pues si haces 4 horas... ¿para qué vas a hacer aquí 10 minutos?

Pues eso pienso yo... si es que no me escuchaste.

- Porque soy una mandada -contesto. Disciplina karateka.

Supongo que de mi frase inicial de "hago bici de carretera" debió entender "hago bici en el parque" o algo similar. Si vale, yo lo entiendo, te ven con cierta edad, más bien gordita, y sobre todo mujer (por desgracia, y sobre todo a mi edad, practicamos menos deporte que los hombres) y digas lo que digas ya te han colgado la etiqueta de persona sedentaria. No importa si la lesión me la hice practicando karate. No importa si dices que también eres ciclista. Te meten en el mismo saco de las señoras mayores con lumbago o ciática. No sé si a la próxima aparecer vestida con el karategui a ver si se coscan...

De esto hablaba cuando comenté en el artículo anterior que los deportistas parecemos bichos raros. Es algo asimilado, pero lo que no entiendo es que ni médicos ni fisios te escuchen cuando comentas que eres deportista, porque si se trata de reforzar la musculatura y estoy acostumbrada a rodar 4-5 horas en bici, 5 minutos de bici estática no me sirven absolutamente para nada. Ponme ejercicios que se adapten a lo que estoy acostumbrada a hacer, siempre y cuando (obviamente) no duela (no me dolió ni en las 4 horas del domingo, que fueron por terreno llano).

Mi consejo si sois deportistas y estáis en esta situación: insistid. Haceros oír. Que os pongan ejercicios que se adapten a vuestra condición física. No perdáis el tiempo.

En el próximo capítulo hablo de cómo sobrellevar el no poder practicar tu deporte.


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